sábado, 7 de mayo de 2011

La Argentina y los grandes problemas ambientales


Desde hace unas décadas, se tomó conciencia de que los problemas ambientales no solo existen en la escala local y regional, sino también en la escala global, y son generadas por las actividades que realiza la sociedad hace mucho tiempo. Para solucionarlos (o para adquirir conciencia de ellos), la mayor parte de los países realiza esfuerzos conjuntos de recolección de información, de investigación y de diseño de soluciones.
               Entre los problemas globales, dos son los mas importantes: el adelgazamiento de la capa de ozono y el recalentamiento de la atmósfera por el llamado efecto invernadero.
               El primer caso es el resultado de la acción de los gases CFC, producidos a escala industrial, para usarlos, por ejemplo, en los aerosoles y en los sistemas de refrigeración. Estos gases afectan el contenido de ozono en las capas superiores de la atmósfera. El ozono es un gas que actúa como filtro para los rayos ultravioletas emitidos por el Sol y que son dañinos para la salud del hombre.
               En el segundo caso, la actividad humana produce continuamente grandes cantidades de dióxido de carbono y de otros gases, como el metano, que sumados a los existentes en la atmósfera potencian el efecto invernadero. Este efecto, positivo en niveles normales, hace que los gases no permitan que el calor irradiado por la Tierra se pierda en la estratosfera. Si estos gases están en proporciones anormalmente altas, el efecto invernadero se acentúa y la atmósfera se recalienta.

El agujero en la capa de ozono.
               Para nuestro país, el llamado agujero de la capa de ozono no es un problema menor: se comprobó que el adelgazamiento de la capa de ozono es mucho mayor en las latitudes altas (más cercas del polo) del hemisferio sur. Los países que están más cerca del polo sur son la Argentina y Chile, por lo tanto, estos países estarían sufriendo las consecuencias de las actividades que genera el resto del mundo.
               La Argentina, junto con casi todas las naciones del mundo, llego a un acuerdo para reducir y finalmente eliminar la producción de CFC. En la practica se aplicó el conocimiento tecnológico a la industria, buscando alguna alternativa viable para la utilización de estos gases. El proceso fue relativamente rápido y en pocos años los CFC comenzaron a desaparecer. Aunque todavía las observaciones no son concluyentes, aparentemente el adelgazamiento de la capa de ozono se esta revirtiendo y volviendo a los niveles normales.

El efecto invernadero
En la historia geológica del planeta hubo muchos procesos de calentamiento y enfriamiento de la atmósfera, como lo atestiguan las numerosas eras glaciales, que luego fueron seguidas por un calentamiento global de la atmósfera. Muchos científicos piensan que el problema es que nunca tuvimos un proceso tan rápido de calentamiento global como en la actualidad, y que éste se debe a la actividad humana.
Por otra parte, la emisión de los gases que provocan el llamado efecto invernadero es básicamente responsabilidad de los países que tienen mayor desarrollo económico mundial quienes producen el 80% de estos gases. Como estos gases tienen un efecto acumulativo en la atmósfera, los países productores generaron lo que suele decirse una deuda ecológica con el resto de los países.
Pero aunque se tomen soluciones drásticas, el proceso de recalentamiento de la atmósfera podría tardar decenas de años en normalizarse y volver a un estado de normalidad, según algunos estudiosos,  más de 50 años.
La pregunta es ¿cómo ponerse de acuerdo para reducir la emisión de gases generados por la actividad económica, actividad que esta en la base de la prosperidad de los países emisores de los gases que provocan el calentamiento?
Todos estos problemas y preguntas hicieron que se tardaran muchos años en llegar a un acuerdo sobre cuánto y cuándo reducir las emisiones, y el mismo no fue completo: dos de los mayores emisores de gases, EE.UU. y China se niegan a firmarlo.
La Argentina estuvo entre los primeros países signatarios del Protocolo de Kyoto, acuerdo formal al que llegaron las naciones en el año 1997. El Protocolo de Kyoto es un convenio sobre el cambio climático, auspiciado por la ONU, dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que tiene por objetivo que los países industrializados reduzcan sus emisiones un 8% por debajo del año 1990.
Sin embargo, aunque es importante como señal del interés de nuestro país en el tema, en la práctica el acuerdo tiene un efecto mínimo (la Argentina genera menos del 0,5% de los gases del efecto invernadero) y nos obligaría a tomar medidas de control que son caras y tecnológicamente complicadas. ¿Vale la pena?



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